El caso del
joven artesano Maldonado nos mostró a un gobierno absolutamente convencido de
llevar adelante una política represiva
sobre los sectores que pudieran en algún caso llevar adelante una resistencia a
las políticas sociales y económicas. Un
sector de la sociedad creyó o le gustó creer en el caprichosismo equivocado de
la ministra de seguridad y un respaldo por parte del presidente Mauricio Macri
para no dejar entrever un debilitamiento de su gabinete. Por el contrario, fue
algo más que la acción de una ministra disparatada y con rienda suelta. En
verdad lo que hay en la política del gobierno es una lógica de restablecimiento
del poder del Estado, enmarascado bajo el transparente atuendo del triunfo
electoral. La vía rápida y efectiva de
la represión social es el camino que ha tomado el gobierno. Débil, engañado y empantanado en su
propia seudo verdad de victorial electoral, busca avanzar tratando de llegar a
los números que le exigen desde afuera pero también desde adentro en el
camino de achicar el déficit fiscal recortando por abajo y alargando por
arriba.
La debilidad
escondida detrás de los resultados obtenidos en la reciente votación de medio
término hizo creer a la fuerza ganadora que dicho triunfo era un respaldo de
agenda libre para llevar adelante todas las medidas económicas y políticas para
que le cierren los números. En realidad es un gobierno que padece una crisis
política que intenta sostener, coercionando a los gobernadores, intendentes y
diputados para conseguir apoyo irrestricto. Ni hablar del rol de los diputados
arrastrándose bajo sus gobernadores, y como los gobernadores se arrastraron
bajo los aprietes telefónicos y personales vía emisarios, por parte del
ejecutivo para que las medidas políticas pasen. El gobierno oscila entre los
argumentos de pos verdad aconsejados por Duran Barba y la metodología de
apriete a la forma más clásica. Frente a las cámaras los argumentos cargados de
sensación y emoción más la retórica de la pesada herencia y por abajo
rosca política armando filas, disciplinando a los parlamentarios con la
billetera estatal.
¿La vía
represiva del tercer gobierno peronista o el gobierno débil de coalición que no
termina el mandato?
El gobierno
cada vez más se acerca al escenario
marcado por la pregunta, puede ser una dinámica o puede ser una inflexión .Lo que si podemos asegurar es que el gobierno inició su camino por la vía
de la represión social. Lo que no sabemos es sí por medio de la represión social, aumentará su
legitimización o por el contrario, las contradicciones políticas y económicas
pondrán al rojo vivo su inestabilidad. Y en un proceso desigual y combinado BAJO
la necesidad de profundizar las medidas económicas ,≤≤ la falta de ingresos y
reactivación productiva , el alto endeudamiento y una economía de baja
productividad, con el consumo interno planchado (ya que tienen pensado en
pautas salariales por debajo del 20 %) y con el fantasma de la inflación
corriéndolos de un lado a otro. ≥≥ Debiliten al gobierno perdiendo la
batalla política en el parlamento, frente a las clases medias que lo votaron
esperando un gobierno de características más “democráticas” sin perder nivel adquisitivo (por el contrario
votaron sin saberlo lo opuesto) y que lo abandonen todos los novios que esperaban
en el altar. ( C.G.T. Y frente de gobernadores aliados) En definitiva este
puede ser uno de los escenarios que nos depara para el año que viene, por lo
que la conflictividad social ira en aumento, se irán sumando más sectores a la
calle y la inestabilidad y el enfrentamiento estarán a la orden del día. El
gobierno puso la vara muy alta y empezó su gestión con dos muertos en la
protesta social. ¿Cambiará su discurso de restablecimiento del orden apoyándose
en las fuerzas de seguridad?